Mikel Mendizabal y Marc Baulida, socios fundadores de La Calavera, se embarcaron en una aventura sin precedentes cuando comenzaron a experimentar con la elaboración de cerveza en su hogar. Lo que comenzó como una simple afición se convirtió en una pasión desenfrenada y en el núcleo de su vida profesional.
En los alrededores del año 2011, La Calavera echó raíces en una antigua masía en el Ripollès, donde cada lote de cerveza era una expresión de dedicación y amor por el oficio. Con su fábrica en Sant Joan de les Abadesses, la marca se destacó por sus cervezas de fermentación Ale, inicialmente de carácter clásico y producción modesta, pero con el tiempo, su catálogo se expandió hacia nuevos horizontes de sabor y complejidad.
La búsqueda de la excelencia llevó a La Calavera a adentrarse en el fascinante mundo del Barrel Aged, donde las cervezas envejecen en barricas, adquiriendo matices únicos y una profundidad de carácter inigualable. Este enfoque meticuloso y experimental atrajo la atención de los conocedores de la cerveza no solo en España, sino también en el escenario internacional.
Con el tiempo, La Calavera se ha convertido en un referente en el mundo cervecero, exportando su singularidad a países tan diversos como Estados Unidos, China y Rusia. Su compromiso con la calidad nunca ha flaqueado; cada botella de La Calavera es un tributo al cuidado artesanal, a la pasión por la innovación y al respeto por la tradición cervecera.
La Calavera encarna un viaje apasionante desde los orígenes modestos de la elaboración casera de cerveza hasta convertirse en un emblema de la innovación y la calidad en el mundo cervecero.