Masetplana es reconocido en el Empordà tanto por su molino de aceite como por sus vinos, lleva ya tres generaciones a sus espaldas ya que el proyecto lo empezó Julián en 1826, después pasó a Xavier y ahora mismo lo dirige Julià.
Como os podéis imaginar Julià creció entre olivos y viñas en su amado Empordà, de ahí surgió su pasión por la vinicultura y esto ligado a una profunda tradición familiar hizo que desde muy joven empezase a elaborar notables vinos como son A21, El Nen de Can Maset y M’ acabeu la Paciència.
Trabajan con estándares de producción integrada, y su asociación con Wineries for the Climate Protection refleja su compromiso con la sostenibilidad.