Maison Bollinger, la historia de una familia con una herencia que se remonta a casi 200 años.
Desde 1829, la familia Bollinger produce grandes vinos con un estilo potente, refinado y complejo donde la expresión de los aromas frutales aflora en toda su dimensión.
Este gusto tan particular es el resultado de una particular afinidad por la elegancia del Pinot Noir, de una excelencia sin concesiones, de un viñedo excepcional y de un saber hacer artesanal transmitido con el mayor cuidado desde 1829, como seguramente sugirió Madame Bollinger, cuya vitalidad legendaria aún impregna En la actualidad, el champán Bollinger es sobre todo un intercambio de fuertes emociones entre grandes amantes del vino.
"Lo bebo cuando estoy feliz y cuando estoy triste. A veces lo tomo cuando estoy solo. Lo considero obligatorio cuando tengo compañía. Juego con él cuando no tengo apetito y lo bebo cuando tengo hambre. De lo contrario, nunca lo toco, a menos que tenga sed. »
Madame Elisabeth Bollinger, en el Daily Mail de Londres, 17 de octubre de 1961